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La chica charlatana y encantadora le dice a su marido por teléfono que se está masturbando con su coño y que quiere conocer a un negro. Es ahora cuando necesita sentir una enorme polla en su raja. El marido celebra esta decisión de la joven esposa y le pide que no se demore. A la chica rica no le cuesta nada llamar a un negro para satisfacer su lujuria. Sí, la gran polla negra estaba golpeando justo en su útero, pero eso sólo la animaba. No tenía ninguna duda de que ella pondría gustosamente su boca en su semen. ¡Yo mismo le habría hecho lo mismo a esa perra!
Las japonesas son todas naturales: pechos y coño. No se inyectan silicona, no se afeitan. Y a los hombres les encanta. Y yo le metería la mano en el coño en lugar del dedo, para que se afeite el coño la próxima vez. Por supuesto, estas hembras domésticas fingen que son tan tímidas e indefensas, pero el jugo que gotea demuestra que a ella le gusta mucho. Y el marido le masturba el clítoris a su antojo: ¡ella es sólo un juguete para su pene!
nada, ¡¡¡escribe juntos!!!