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La hija era culpable y su padre le prohibía usar artilugios. ¿Pero qué hombre puede resistirse a que le chupen la polla? Ningún hombre. Y esta zorra enseguida cogió el toro por los cuernos, o más bien por la pimienta. Y eso fue todo: la voluntad de rigor de mi padre se desvaneció de inmediato y se la entregó como a una vulgar puta. Por otro lado, todo salió bien. Ahora puede follarse a esa zorra siempre que quiera.
No sé por qué tuvo que atar a su novio de esa manera, ¿qué haría él si tuviera las manos libres? ¿Habría desordenado el pelo de la pelirroja o habría impedido que su novio se sacara la polla del pantalón? Seguro que también se hubiera sentado tranquilamente con las manos libres.