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La chica con un tatuaje en las nalgas era definitivamente una perra. Es un placer hacer un trío con ella. Deslizaron sus cabezas entre sus labios, le abrieron las piernas, le pegaron sus pollas en la frente y en las mejillas... y a la morena no le importó. Vaciar su escroto y sus pelotas fue un placer para ella. Yo también la habría masturbado en la boca - ¡que se divierta! Al parecer no es la primera vez que la azotan en círculo, traga con fuerza. )
La vieja descarada ni siquiera miró el hecho de que era su joven hijo y le hizo follar en todas las posiciones conocidas. Se notaba, por sus gritos apasionados, que le gustaba el cuerpo joven del chico y su juguetón amigo. Da la sensación de que si hubiera podido, se habría tragado no sólo la polla con placer, sino al hijo entero. La madre no era ajena a los placeres sexuales y enseñó mucho al joven seductor.